En esta época de redes sociales, acceso inmediato a la información y reducción de distancias por medio de la tecnología digital, las cuestiones académicas no podían obviarse a un plano tradicional, frío y rutinario; es por ello que me tomé el tiempo y creé este espacio en la web, con el propósito de dar un mejor acompañamiento pedagógico. No obstante a los esfuerzos realizados, no se ha obtenido los resultados deseados, puesto que la mayoría de estudiantes aún siguen aislándose de la tecnología, desconociendo el manejo básico de Internet y por lo tanto la interacción y el beneficio que este puede crearle.



No hay éxito ni recompensa sin sacrificio; siempre es necesario caminar más allá de los caminos establecidos para sobresalir. ¿Qué satisfacción se obtiene de algo que no representó mayor esfuerzo en la vida? Poca o ninguna, esa es la respuesta. ¿De qué sirve dedicar horas y deshoras en un proyecto que al paso de los años queda como recuerdos? Es perder el tiempo, gastar la vida y ahogarse en la arena del reloj que consume el aliento hasta el fatídico día. No se trata únicamente de sobresalir, de ganar, de obtener un certificado o un título, se trata de un medio en la vida que conduce a otro lugar, pero ese lugar es incógnito porque lo dan las oportunidades que buscamos o aquellas que nos encuentran. Quizá para algunos ese lugar represente una vida decorosa, con ciertas comodidades y lujos derivados a un mejor sueldo por el nivel académico obtenido; para otros represente dar a sus hijos las oportunidades que ellos en su infancia siempre desearon: un buen colegio, herramientas educativos de vanguardia, distracción y entretenimiento sano, etc. Pero en definitiva es algo personal, en lo cual la única decisión es suya y la herramienta obtenida (certificado, diploma, título) fungirá como el arado de un agricultor, el cual puede sacarle mucho provecho o simplemente guardarlo en un cobertizo. El guatemalteco está acostumbrado a confundir las justificaciones con las excusas, a acusar antes de aceptar, a culpabilizar antes de solucionar. Guatemala no es un pueblo unido y los abismos sociales y culturales que separan a los individuos son tan enormes que la comunicación se pierde en ecos indescifrables. De quién es la culpa pensarán muchos, pero es allí cuando volvemos a entrar en un círculo vicioso, porque la causa de los problemas muchas veces no hace más que socavar el agujero donde está enterrada la esperanza y derrumbar la torre que nos permita sobresalir al mundo. Es necesario cambiar esa tendencia destructora de la patria, de apartar esas diferencias y ser verdaderos ciudadanos. Guatemala no comienza con nosotros, pero somos parte de Guatemala, y lo que Guatemala necesita son verdaderos ciudadanos, con conciencia, con soluciones y con visión.

Lo que aprendan académicamente forma parte de su conocimiento, pero no lo deben almacenar y guardarlo en su mente; porque nadie compra el mejor queso para guardarlo en el frigorífico sólo para él, lo comparte con su familia, con sus amigos, con sus vecinos, etc. Así deben ser ustedes, compartir lo que saben, no guardar aquello que puede aliviar alguna necesidad de una persona. Y cierto es que el espacio es poco y el mensaje es extenso, no me queda más que decir que les deseo éxitos en todo lo que emprendan y que recuerden que todo sacrificio tiene una recompensa. Si el éxito fuera sencillo, todo el mundo fuera exitoso, pero no lo es, es valioso y lo que es valioso nunca es fácil de obtener.

Mis mejores deseos,

Profesor Alfonso



 
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